jueves, 18 de junio de 2015

La Empatía

"Todo ser vivo merece esta piedad cuidadosa, esta solidaridad en la finitud o por la menesterosidad"


Existen varias definiciones para el término empatía. El más usado hace referencia a "ponerse en el lugar del otro, saber lo que siente". Desde mi punto de vista, la empatía es mucho más compleja que eso.

Cada uno vemos el mundo a través de nuestros propios ojos y tenemos una forma determinada y única de sentir. La forma de experimentar los acontecimientos, el dolor físico o emocional, es distinto de una persona a otra. Aunque hayamos pasado por una experiencia similar a la que está pasando un amigo, la forma de sentir y afrontar de ese amigo y la nuestra es completamente distinta. Puedes "entender su dolor", puedes "imaginar su dolor", pero no puedes "sentirlo". Por lo tanto, no nos ponemos en el lugar del otro, sino que nos aproximamos y tratamos de entender su universo emocional. Me parece importante esta distinción en Psicología ya que el hecho de pensar que sentimos lo que sienten los demás puede traer confusión y mal entendidos. Puede ser que me ponga en "la piel de mi amigo" y piense "yo nunca habría actuada así" o "no es para tanto". Mi forma de pensar, de ver el mundo y de sentir me limita pero no por ello condiciona. Sí sintiésemos exactamente el mismo dolor que está sintiendo nuestro amigo sería muy complicado ayudarle. Una mala gestión de las emociones, asumiendo como propio el dolor de los demás, se conoce como exceso de empatía. Es importante gestionar las emociones y tomar distancia, que no es lo mismo que ignorar. Hay que saber lo que me pasa a mi y lo que le pasa a los demás. No voy a poder ayudar a mi amigo si asumo su dolor como el mío propio, si asumo su problema como mío. Un exceso de empatía puede hacer que una virtud se transforme en un defecto. Sí voy por ahí "metiéndome en la piel" de todo el mundo, puedo padecer una sobrecarga emocional. El sólo ver las noticias supondría un dolor insoportable. No necesito sentir dolor para entender y sobretodo, para tratar de aliviarlo.

En el caso de los animales no humanos la cosa se complica más. ¿Cómo podemos saber lo que sienten si ni si quiera sabemos cómo piensan? Creer que sabemos como piensan se llama humanizar. Eso no implica que no podamos sentir empatía y sobre todo, compasión por su sufrimiento. La compasión tiene algunas connotaciones negativas porque a veces parece indicar menosprecio por el que sufre, pero nada tiene que ver. La compasión incita a la acción, a querer aliviar el sufrimiento del otro, es ir más allá de la empatía.
La empatía, por tanto, es un primer paso para la acción.

miércoles, 10 de junio de 2015

Cansancio emocional

"Hay un tiempo para saber lo que estás haciendo y otro para no saberlo"


El cansancio emocional se conoce médicamente como "Burnout" o "síndrome del quemado", refiriéndose a la situación de estrés crónico que provoca en el sujeto un agotamiento de su sistema. Investigando el tema, me he dado cuenta de que este síndrome se centra en profesionales  que llegan al límite de sus fuerzas, pero no se contempla en otros sujetos que, por ejemplo, estén en situación de desempleo o en una situación familiar complicada. Cómo sí otra actividad que no fuese el ejercicio profesional no se contemplase como causante de un "desgastante" emocional.  Con ello no pretendo quitarle importancia al "síndrome del quemado" sino contemplarlo en otros ámbitos.

El cansancio emocional puede llevar al sujeto a una verdadera crisis existencial, de valores, de metas en su vida, de sentido. Puede estar producido por una situación de estés mantenido en la que el sujeto se encuentre inmerso y no disponga en ese momento de recursos suficientes para hacerse cargo. Una situación familiar complicada, por ejemplo, puede producir cansancio emocional. El continuo fluir del pensamiento como una tortura mental. El estar tratando de superar una relación sentimental fallida y que la propia mente no nos permita salir de la situación porque continúan los recuerdos obsesivos e insistentes. El tener alado durante mucho tiempo a una persona tóxica que nos roba la energía vital. Todo ello puede producir cansancio emocional y no todo está relacionado con el empleo. El no tenerlo también produce cansancio. Cansancio de no encontrar lo que uno está buscando. Cansancio de buscar, formarse, preocuparse por el dinero. Cansancio de estar cansado.

¿En que se diferencia en cansancio emocional del estrés?
Se puede llegar al agotamiento por otras vías además del estrés y la depresión.  El agotamiento puede llevar al distanciamiento, el desprendimiento, desmoralización, despersonalización y el derrotismo. El agotamiento se puede producir por situaciones en las que hay exigencias emocionales por largos periodos de tiempo. Estas exigencias emocionales pueden ser de muchos tipos, según lo que sea o no importante para el sujeto. Puede ser que ciertas exigencias a unos sujetos les suponga un problema (como las familiares, las de no lograr auto-realizarse...) y a otros no. Las manifestaciones de este tipo de cansancio van también más en la vía interna que de la externa, de modo que no hay tantas muestras psicosomáticas sino que van más en el plano espiritual: tristeza, melancolía, llanto, desesperación, irritabilidad, mal humor. Una vez que el agotamiento se presenta, uno puede llegar a pensar que ya no tiene nada que ofrecer a los demás. No es que no quiera, es que no puede, se agotó la energía.

Por lo tanto, nuestras propias auto-exigencias pueden provocar ese cansancio emocional, ese momento de crisis personal en el que no se sabe que hacer porque todo lo que habíamos estado haciendo hasta ahora falla. ¿Cómo salir del cansancio emocional provocado por uno mismo y su situación? En palabras de Jesús de Nazaret: "Antes de entrar al templo, perdona". Deja de auto-exigirte, tomaste las decisiones que tomaste en el pasado porque las creíste adecuadas, acéptate y cambia lo que se pueda cambiar. Para ello, necesitarás saber que se puede cambiar y que se debe aceptar. A veces no podemos cambiar la situación en la que estamos, pero no somos conscientes de el poder que tenemos hasta que decimos "basta" y nos arriesgamos hacer las cosas de otra manera. Escúchate, ámate y liberate de la culpa. Por pequeño que sea, todos tenemos un margen de cambio.