“Lo que niegas te somete, lo que aceptas te transforma” Carl Gustav Jung
Cuando descubres que amas a alguien que
no te quiere de la misma forma, es un dolor tan grande, que no deja
espacio para nada más. Es como si reventases en mil pedazos y luego
tuvieses que recoger tus trozos por ahí y volver a recolocarlos en
su sitio. Puede que logres pegar esas partes y puede que no te rompas
la próxima vez, pero las cicatrices sin duda arden.
Así que tómate tu tiempo, pero no un tiempo infinito. No tienes
la culpa de que alguien no te quiera, no eres culpable de la
situación, no es algo que hiciste mal o dejaste de hacer. No
elegiste un amor no correspondido. Deja que ese dolor fluya. Es más
saludable permitirte estar triste que reprimir tus emociones. Si lo
dejas fluir, no te estancarás y podrás seguir con tu vida a pesar
de haber amado a alguien que no te quería. El tiempo no lo cura todo, el tiempo pudre, cronifica. Dejar pasar el tiempo sin más esperando que acabe con tus emociones no funciona, tarde o temprano te enfrentarás a ellas. Debes actuar en el presente, dejando fluir ahora lo que sientes sin identificarte con ello. Todo pasa.
El amor es algo que se da, no algo que
se tiene. A pesar del dolor que supone la no correspondencia tienes,
por tu parte, la tranquilidad de haber amado y de tener esa capacidad
hermosa. Amar te expande, te ayuda en tu crecimiento personal. Aunque
no recibas el intercambio esperado al final supone un problema de
concepto: “doy amor esperando recibir amor”. Ahí es dónde
radica el error, de esperar esa correspondencia exacta, porque no
siempre sucede así y el no aceptarlo es demoledor. Da amor,
expándete y te será devuelto. Lo que pasa es que hay que estar
atento a como ese amor te es devuelto, porque tiene muchas formas.
Lógicamente con ello no digo que tengas que estar con una persona
que no te quiere, sino que la puedes querer mientras tengas ese sentimiento incontrolable pero haciendo tu vida, como una forma de seguir caminando en paralelo y las cosas se irán colocando en su sitio. A veces algo no puede ser. A veces era demasiado tarde desde el principio.
Cuando amas a alguien de verdad es complicado. Deja un rastro,
un residuo muy fuerte y muy difícil de borrar. Puede ser que pienses
que lo has superado y entonces vuelves a ver a esa persona y te
“revuelve” por dentro. Tienes sentimientos encontrados. Párate,
cálmate y vuelve a colocarlo todo en su sitio. Es normal, querer a
alguien de verdad no desaparece así como así. Es muy difícil no
esperar esa correspondencia, sobretodo si ha existido en el pasado
(aunque fuese ilusoria). Sino eres capaz de olvidar ahora, convive con ello y tómate el tiempo que necesites. Ten paciencia contigo mismo, con tus recaídas, quiérete y protégete. Eres tú mejor amigo.
Ninguno de los de tiene la
culpa: ni el que no quiere ni el que quiere. Esa persona no es
culpable de no amarte de la misma manera, puede ser que lo haya
intentado y que no pueda. Pero aceptarlo es muy difícil, porque a
veces buscamos explicación cuando no la hay. A veces pensamos que
esperando todo llega, que esa persona un día se dará cuenta de que
también te ama, siempre lo ha hecho y quiere estar contigo. No
caigas en el error de esperar, ser paciente no es pasarse la vida
esperando. Esperar supone fijar todas tus metas en el futuro pensando
que será mejor que el presente, mientras dejas que el ahora se te
escape. Al final tienes que pensar que es lo mejor para ti, ser el protagonista de tu vida y ante todo, amarte y corresponderte.
No hay comentarios:
Publicar un comentario